Toxocara canis es una especie de gusano redondo (nematodos) parásito gastrointestinal que está en todo el mundo y es muy frecuente en perros
Toxocara canis tiene la típica forma de gusano redondo y puede alcanzar de 7 a 18 cm de longitud y 0,3 cm de espesor. Es de un color blanquecino a cremoso. Los adultos disponen de unas típicas aletas cervicales.
Los huevos son esféricos u ovales, miden unas 75 x 90 micras, contienen una sola célula y la membrana es gruesa.
El parasito Toxocara canis afecta hasta un 12% de los perros adultos y hasta un 31% de los cachorros.
El órgano predilecto de Toxocara canis es el intestino delgado, pero las larvas migratorias pueden hallarse en la cavidad intestinal y en numerosos órganos (pulmones, ojos, corazón, hígado, etc.)
La infección con unos pocos gusanos puede no producir síntomas en los perros adultos. Pero en caso de infecciones masivas (varios centenares) en el intestino puede darse apatía, inapetencia, pelo desgreñado o erizado, debilidad y susceptibilidad a otras enfermedades, oclusiones intestinales e incluso obstrucción de las vías biliares. Las consecuencias son diarrea o extreñimiento, vómitos, sangre en las heces, anemia, etc. Las larvas migratorios pueden dañar a los órganos más afectados como riñones, hígado, pulmones (tos y neumonía son posibles síntomas), o los ojos.
Todos estos daños pueden darse también en los cachorros, que a menudo muestran un característico vientre hinchado, y en los que estos trastornos afectan negativamente al desarrollo y al crecimiento. Debido a su gran talla, los parasitos adultos pueden obturar y perforar el intestino del cachorro. Si no se tratan a tiempo las infecciones de los cachorros con Toxocara canis pueden ser mortales.
¿Son contagiosos para los seres humanos?
SÍ. Los huevos y las larvas de Toxocara canis en el medio ambiente son muy resistentes y pueden permanecer infectivos durante meses y años. La mayoría de los parques y lugares donde juegan o pasean los perros están contaminados con tales huevos. Hay que considerar que los seres humanos, en especial los niños pueden infectarse con huevos y larvas de T. canis. En los seres humanos, si bien las larvas no completan el desarrollo a adultos, se comportan en parte de modo similar a como lo hacen en los perros y pueden dañar numerosos órganos (hígado, riñones, pulmones, corazón, ojos, etc.).
Los niños corren un riesgo especial de infectarse, pues es más probable que ingieran huevos en entornos contaminados (jardines, parques, etc.). Las infecciones humanas con unos pocos gusanos son comunmente benignas y si se tratan se curan en unas pocas semanas. Pero infecciones oculares no tratadas pueden causar ceguera, e infecciones viscerales pueden ser incluso fatales en casos extremos.
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